La escena contactless se abre paso junto al Código QR, una tecnología de pagos que reaviva su participación gracias a la simplicidad, rapidez y seguridad de transacción Los códigos QRs son visibles cada vez más en la línea de cobro de cualquier tipo de tienda, en casi cualquier parte del mundo. Impulsada aún más por la pandemia, la tendencia hacia los pagos QR ha acelerado este año – y los expertos dicen que, por su simplicidad, llegaron para quedarse. Para el sector financiero, el crecimiento de esta forma de cobranza ofrece una oportunidad de digitalizar más PYMES – pero a la vez requiere estar al frente de la tendencia. El pago QR es una forma de transacción sin contacto, muchas veces asociada a una billetera móvil que se activa con la lectura de un código por el celular. Su simplicidad es de sus ventajas más evidentes. Durante el periodo de aislamiento, como respuesta a la necesidad de mantener distancia física, han incrementado tanto los pagos iniciados con QR, como el despliegue de los códigos por parte de los comercios. A nivel mundial, 80% de los consumidores utilizan pagos sin contacto, de acuerdo a un estudio realizado por Mastercard en abril. En México, más de 6 millones de personas utilizan apps con funcionalidad de esta modalidad de pago por medio del sistema nacional, CoDi. En Brasil, las instituciones financieras están preparándose para el lanzamiento inminente de PIX, una plataforma de pagos instantáneos que cuenta a pagos QR entre sus características principales.
A nivel de las instituciones financieras, los pagos QR ofrecen una oportunidad importante para aproximarse hacia los negocios o comerciantes minoristas. Esto es porque el QR elimina la necesidad de equipos especiales, como los terminales de punto de venta (TPV), mientras recae en una etiqueta con código QR (QR estático) o un aplicativo que permite la descarga de uno de tipo dinámico. La ventaja comercial y competitiva es enorme. Los pequeños negocios pueden ingresar al ecosistema de pagos digitales, con tasas de cobranza por transacción, pero con un ahorro significativo en cuanto a la compra o alquiler de un terminal de punto de venta. Además, se contempla un plus significativo: mayor facilidad en el uso de un sistema de pagos digital para los consumidores. Cumple con los requisitos de rapidez y sencillez al operar directamente con la cámara del dispositivo móvil, y es una aplicación que puede escanear, almacenar y compartir códigos. Con las oportunidades tanto para los PYMES como para los consumidores, las instituciones financieras deben manejar una estrategia de QR para ambos grupos. A los clientes empresariales, el banco debe ofrecerles un servicio para cobrar por esta modalidad, sea en un aplicativo o por un código impreso. Y para los clientes minoristas, es imprescindible incluir la funcionalidad para pagar con este código en el aplicativo o la billetera móvil que se brinda.
Para los clientes retail del banco, el uso de los códigos QR requiere la misma cautela para evitar fraudes como otros medios de pago. Ante todo, es la capacitación de los usuarios, tanto los comerciantes como los compradores, para que entiendan el potencial de los pagos con QR y protejan sus datos propios como en cualquier otro escenario. De allí, la billetera móvil del banco debe contar con las herramientas fundamentales de seguridad, para asegurar que quien inicie la transacción es realmente la persona autorizada. Entre estas herramientas, la biometría es recomendada por su seguridad y su buen UX. De esta forma, el uso de códigos QR para pagos ofrece un valor adicional al habitual, confiriendo un sistema de pagos seguro, así como un medio sencillo de verificación sin contacto, sin fricciones de autenticación que compliquen la transacción. Este código es el camino más fácil para escalar en el ecosistema de pagos.
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